brasa.es.

brasa.es.

Cómo controlar la temperatura en la parrilla

Tu banner alternativo

Introducción

La cocina a brasa es uno de los métodos de cocción más antiguos y apreciados en todo el mundo. Permite cocinar los alimentos a altas temperaturas y conseguir sabores únicos, texturas crujientes y un aspecto dorado y apetitoso. Para conseguir el resultado perfecto en la cocina a brasa es necesario tener un buen control de la temperatura en la parrilla. En este artículo te vamos a enseñar cómo hacerlo de forma sencilla y eficaz.

La importancia del control de la temperatura

El control de la temperatura es esencial en la cocina a brasa, ya que de ello depende el resultado final de los alimentos. Si la temperatura es demasiado elevada, los alimentos pueden quemarse por fuera y quedar crudos por dentro, lo que arruinaría el plato por completo. Si, por el contrario, la temperatura es demasiado baja, los alimentos no se cocinarán de forma uniforme y quedarán con una textura acuosa y poco apetecible. Por eso, es fundamental saber cómo controlar la temperatura en todo momento.

El equipo necesario

Para controlar la temperatura en la parrilla necesitaremos los siguientes elementos:

  • Termómetro de cocina: un termómetro de cocina es una herramienta esencial para medir la temperatura de los alimentos y de la parrilla. Podemos elegir entre termómetros digitales o analógicos, aunque cada vez es más común el uso de termómetros inalámbricos que permiten medir la temperatura sin necesidad de abrir la parrilla.
  • Pinzas: unas buenas pinzas nos permitirán manipular los alimentos con seguridad y sin dañarlos. Es importante elegir unas pinzas largas y resistentes al calor para evitar quemaduras.
  • Cepillo de cerdas metálicas: el cepillo de cerdas metálicas nos permitirá limpiar la parrilla antes de cada uso para evitar la acumulación de suciedad y restos de alimentos.

Controlar la temperatura en la parrilla

Nivel de calor

Antes de comenzar a cocinar es importante que sepamos cuál es el nivel de calor adecuado para cada tipo de alimento. Podemos regular el nivel de calor abriendo o cerrando las válvulas de aire de la parrilla.

  • Para cocinar carnes y pescados gruesos, como un filete o un salmón, necesitaremos una temperatura alta, alrededor de los 200°C.
  • Para cocinar alimentos más finos y delicados, como las verduras, necesitaremos una temperatura media-baja, alrededor de los 150°C.

Mantener la temperatura

Una vez que hemos alcanzado la temperatura adecuada, es importante mantenerla durante todo el proceso de cocinado. Para ello, es esencial tener en cuenta los siguientes factores:

  • La cantidad de alimentos a cocinar: si cocinamos una gran cantidad de alimentos, la parrilla perderá temperatura y tardará más en recuperarla. Por eso, es recomendable cocinar los alimentos en pequeñas cantidades.
  • La distancia entre los alimentos y la parrilla: si colocamos los alimentos demasiado cerca de la parrilla, se cocinarán rápidamente por fuera y quedarán crudos por dentro. Por eso, es importante dejar un espacio de al menos 3 centímetros entre los alimentos y la parrilla.
  • El control del fuego: podemos controlar la temperatura de la parrilla abriendo o cerrando la válvula de aire y modificando la cantidad de carbón o leña que utilizamos.

Medir la temperatura de los alimentos

Para saber si los alimentos están cocidos por dentro, es necesario medir su temperatura interna con el termómetro de cocina. La temperatura adecuada dependerá del tipo de alimento que estemos cocinando:

  • Carne de vacuno: 55-60°C para una carne poco hecha, 60-65°C para una carne al punto y 65-70°C para una carne bien hecha.
  • Carne de cerdo: 65-70°C para una carne poco hecha, 70-75°C para una carne al punto y 75-80°C para una carne bien hecha.
  • Pescados y mariscos: 60-65°C para pescados y mariscos enteros y 70-75°C para filetes o piezas más gruesas.
  • Verduras: 85-90°C para que queden tiernas y jugosas.

Conclusiones

El control de la temperatura en la parrilla es esencial para conseguir un cocinado uniforme y un resultado final óptimo. Para ello, es necesario tener un buen equipo de cocina que nos permita medir la temperatura de los alimentos y regular el nivel de calor de la parrilla. Asimismo, es importante tener en cuenta los factores que pueden afectar a la temperatura, como la cantidad de alimentos, la distancia entre estos y la parrilla y el control del fuego. Con un poco de práctica y siguiendo estos consejos, conseguiremos platos perfectos, sabrosos y saludables.